Mamá, ¿dónde está Steven? No puede jugar y eso me pone mal.
Cariño, no deberías preguntar. Steven se siente fatal.
¿Y Billy y Sally también?, ¿hicieron algo indebido?
Me temo que sí, pequeño. Todos tus amigos se han ido.
Cuidado con su capturador, responde ante muchos nombres.
El Coco, el Hombre del Saco, y sin embargo, todos son él mismo.
Por cada pecado de un niño, habrá un castigo que aguantar.
Tus amigos atrapados en su guarida ya muy lejos están.
Y si toman algo de él, que no te quede duda.
Les estirará la piel hasta romperselas y toda la sangre se les escurra.
Recuerda siempre comportarte, ya que no todos los pecados perdona.
Y con su espada dentada y oxidada te cortará hasta la sombra.
Pequeños mentirosos de alma egoísta y ruin.
Verán sus lenguas clavadas en la pared como un vil suvenir.
Los bravucones y su odio malicioso atormentados serán.
Donde estén, al infierno a golpes los arrastrará.
Niño, a tus padres debes obedecer; no es mentira.
Los pequeños que les llevan la contraria, los quemará sin medida.
Los golpes limpian el alma, y eso es lo que hará.
Si no controlas tu ira, la suya sentirás.
Eres el guardían de tu hermano, debes recordar.
O sino, el Hombre del Saco bajo el agua te encadenará.
Y mientras los niños buenos vivan, los malos su castigo habrán de pagar.
Pues una vez que lo escuches chillar ya nadie te podrá salvar.
Así que no alces la voz de noche, escóndete en tu cama…
O el Hombre del Saco de Silent Hill te llegará por la espalda.