Hola, Daynali.
Lo cierto es que a mí me pasó exactamente lo mismo cuando traduje mi primer libro, y me temo que he de decirte que las posibilidades de traducirlo por tu cuenta y poder sacarlo al mercado son pocas.
Lo que te ha dicho el autor es, efectivamente, la manera de trabajar de las editoriales. Un escritor crea una obra, su agente se lo vende a una editorial y esa editorial suele ser la encargada de vender la obra a otras editoriales; al menos esa es la manera de trabajar que se estila actualmente. Todo depende del tipo de cesión de explotación que firmasen autor y editorial. Si los derechos se vendieron de manera universal - lo normal - significa que la editorial a la que se los vendió tiene la explotación total - durante los años estipulados, que suelen ser siete, transcurridos los cuales se prorroga el acuerdo o se cesa, aunque siempre hay cláusulas por las que en caso de vender tras esos 7 años la obra nuevamente el autor ha de avisar a la primera editorial - para todo el mundo; esto es, esa editorial revende los derechos a editoriales de otros países. En caso de que el autor vendiera únicamente su obra en un solo país/lengua, entiendo que sí sería posible traducir esa obra y ofrecérsela a editoriales de otros países, e incluso una auto-publicación de la misma - cosa que se me antoja complicada porque tú tendrías que pagar a los agentes y al autor, además de pagar la publicación; casi te lo nombro como posibilidad, aunque no tengo nada claro que se pueda efectuar -; pero esta posibilidad me parece muy poco probable porque, hasta donde yo sé y como ya comenté, los derechos de explotación se venden de manera universal.
En mi experiencia, el primer libro que traduje lo hice tal cual tú comentas: me puse en contacto con el autor, le pedí permiso para traducirlo y buscar una editorial, y cuando por fin lo tuve empecé a moverlo por editoriales. El problema fue cuando por fin una mostró un mínimo interés, que entonces el autor me dio su contacto con la editorial dueña de los derechos y esta editorial me comunicó que mi procedimiento había sido del todo irregular y que no se me permitía ofrecer a nadie la traducción de la obra, además de que ellos no podían sugerirle tampoco a una editorial que hipotéticamente comprase esa obra que me contratasen como traductor; en otras palabras, como tú has dicho, cada editorial trabaja con sus traductores.
En el supuesto que tú indicas de que si los agentes no ven que sea posible obtener un contrato lucrativo pueda sacarse con editoriales académicas, ahí no sé qué decirte, desconozco el funcionamiento; supongo que esto será una práctica común en los textos y estudios académicos, porque muchas veces los textos académicos, por muy interesantes que sean, pueden serlo para muy pocas personas en cada país. Lo bueno del español es que somos muchos países los que hablamos la misma lengua y ese número de personas a las que les pueda interesar siempre será mayor.
Siento no ser de mucha más ayuda que confirmar lo que ya te han dicho. Aún así déjame prevenirte de una cosa, puesto que no sé si sabes cómo va la venta de los derechos de una traducción: al igual que un autor cede los derechos de explotación a una editorial, tú eres la titular de los derechos de tu texto traducido. Tú cedes igualmente tu traducción por una cantidad de años y nadie puede ni debe usar tu traducción sin tu consentimiento una vez hayan pasado esos años. La editorial a la que se lo cedas tampoco debe vender tu traducción sin tu consentimiento. Te lo digo porque no sería la primera vez que una editorial vende a un tercero una traducción sin contar con el autor de la misma, o expira el tiempo de cesión y años después un traductor se encuentra su traducción en una editorial diferente y sin haber cobrado su remuneración por ello.
Un saludo.
David