Sí, señores. ¡Hablemos de dinero!
Hace tiempo, grabé un vídeo sobre cuál es el sueldo de un traductor autónomo:
Sin embargo, entre que ese era uno de mis primeros vídeos en plan YouTuber para Traduversia y que a veces prefiero expresarme por escrito, he aquí este tema. Vayamos por puntos.
1. Un traductor autónomo, por definición, nunca tiene un salario fijo al final de cada mes
Normalmente, los clientes contratan a traductores autónomos precisamente para no tener a nadie en plantilla/nómina y así evitar pagar un sueldo fijo haya mucho o poco trabajo. Por supuesto que hay empresas que tienen a traductores fijos cuando resulta rentable por el constante volumen de trabajo, como es el caso de las agencias y empresas de traducción, o bien cuando hay un gran volumen de traducción en una empresa y hay un departamento de traducción interno.
Esto significa que muchas veces tendremos mucho trabajo y otras no tanto, por lo que nuestro “sueldo” fluctuará mucho, sobre todo al principio, cuando no tenemos una cartera de clientes estable. Ese es precisamente el siguiente punto.
2. Es posible tener un “sueldo” relativamente estable como traductor autónomo
Por mi experiencia, creo que el objetivo de un traductor autónomo sería conseguir una serie de clientes que manden trabajo de manera más o menos frecuente para ganar en tranquilidad. Por esa razón, trabajar para agencias buenas es lo ideal porque suelen tener mucho volumen de trabajo y, aunque no puedes ofrecer la misma tarifa que a un cliente directo, tendrás mucha paz mental.
Aunque siempre he pensado que la clave está en diversificar para evitar riesgos y tener un poco de todo, en mi opinión tampoco hay que pasarse y sobrediversificar, ya que luego acabas trabajando en muchas cosas diferentes y no creo que sea lo mejor para ser productivo.
Así pues, mi recomendación es: busca clientes buenos que confíen en ti para proyectos de larga duración o que den trabajo constante. Estos pueden fallar o cambiarnos las condiciones, así que tampoco me la jugaría con un solo cliente. Pero, mientras lo tengamos, disfrutémoslo y aprovechemos para conseguir mejores clientes aún y no aceptar cosas por necesidad.
3. Para estimar tus ingresos a modo de “sueldo”, céntrate en tu rentabilidad y productividad, no en la tarifa exclusivamente
El tema de las tarifas sin duda da para otro hilo (¿alguien se anima? ). Por ahora, te dejo una entrada que escribí en mi blog Algo más que traducir hace ya:
@Elizabeth también tiene una entrada muy buena en su blog:
https://eltallerdeltraductor.com/cinco-estrategias-para-establecer-tarifas-como-autonomo/
Sea como sea, una tarifa muy alta para un proyecto muy complejo te puede hacer traducir 1500-2000 palabras al día, mientras que otro que sea de tu especialización y cuyas instrucciones, preferencias del cliente, etc. conozcas gracias a que trabajas siempre para la misma agencia, te puede permitir traducir hasta 4000 palabras el día, por lo que tu rentabilidad por hora/día probablemente será superior, que es lo que importa de verdad. Tener una productividad constante te permitirá calcular mejor cuánto podrás facturar.
Sobre cuántas palabras se pueden traducir por hora y día, lo debatimos aquí:
https://foro.traduversia.com/t/palabras-traducidas-por-hora-y-dia
4. Si no trabajas, no cobras: aplicable a enfermedades, imprevistos… y vacaciones
Algo que siempre he llevado muy mal es que, si no trabajas, no cobras. Eso puede generar ansiedad si no tienes un trabajo constante (sobre todo al principio) o bien no descansar nunca, lo cual puede hacer que el cuerpo explote si te pasas de trabajar. Yo, personalmente, reconozco que siempre he llevado mal eso de no trabajar en vacaciones cuando he tenido la suerte de poder hacerlo, y quizás no cojo tantas vacaciones como un asalariado. Por eso es importante que al menos te guste el trabajo para no acabar quemado (aunque puede sucederte aun así).
Como muchas veces mis vacaciones son estar en mi casa de Almería en la playa con mi novia, familia y amigos, no me importa coger algún proyecto pequeño si sé que hay tiempo de sobra. Si he viajado por ahí, intento no trabajar directamente o que alguien se ocupe de mis proyectos y yo esté en copia para saber qué ha pasado en mi ausencia (esto es si estás en medio de un proyecto grande, no si son proyectos pequeños, claro).
Por cierto, esto se aplica a los fines de semana: a estas alturas de la vida, intento no trabajar en fines de semana a menos que sea voluntariamente (no tengo ningún plan, me apetece adelantar trabajo para ir con más calma la semana siguiente o realmente me merece mucho la pena el proyecto).
Sobre enfermades… oye, desde que soy autónomo, ¡prácticamente nunca me he puesto tan enfermo como para no poder trabajar!
5. Lo que facturas no es lo que cobras
Este es quizás un error de principiante, y que es si facturas 1000 €, no es que ganes 1000 € limpios. Para empezar, hay que calcular los impuestos que te retienen, y además hay que pagar las cuotas de la Seguridad Social (al menos en España). Hasta ahí bien, ya que en realidad en un trabajo por cuenta ajena, te retieren impuestos vía IRPF y también la empresa paga una parte de tu sueldo a la Seguridad Social aunque nunca veas ese dinero de primeras. Pero es exactamente lo mismo.
Pero es que también tienes gastos de actividad, como comprar una herramienta de traducción asistida necesaria para trabajar, comprar material informático y de oficina, pagar quizás a un gestor para que te lleve las cuentas con Hacienda, pagar un alojamiento web si tienes sitio web, etc. Así que, en realidad, a esos 1000 €, después de impuestos, tienes que sumarles unos gastos. 1000 € pueden acabar siendo 750 € para tu bolsillo o menos (como no tengas tarifa plana de autónomos de 50 € al mes, desde luego).
En mi opinión, y esto es algo que nadie dice, estos gastos pueden ser una especie de bendición. Cualquier gasto relacionado con la actividad del traductor se puede desgravar, es decir, restar de la cantidad bruta de lo que facturas para que el porcentaje de impuestos que tienes que pagar sea menor. La verdadera clave es que esa mayoría de gastos sean cosas en las que invertirías incluso si no fueras traductor autónomo.
Por ejemplo, a mí me encanta formarme, tener un ordenador nuevo cada X años, una mejor pantalla o asistir a eventos de traducción de vez en cuando, y todos esos gastos me los puedo desgravar. Son gastos que tendría igualmente en su mayoría porque, como digo, me gustan… ¡y me permiten pagar menos impuestos gracias a ser autónomo! Así que no todo son desventajas si te gusta tu trabajo y las cosas que necesitas para hacerlo. De esto ya hablé en esta entrada:
6. Muy bien, muy bonito, pero entonces… ¿¡cuánto gana un traductor autónomo!?
Me gustaría tener cifras concretas, pero a día de hoy me temo que es imposible tener certeza. Puedes no llegar ni a 10.000 € el primer año o hasta facturar 100.000 euros o dólares (no es mi caso, desde luego)…
Pero por mi experiencia y la de otros colegas de profesión, sin duda se puede vivir bien de la traducción cuando consigues establecerte. Y no hay que llegar a 100.000 € para eso, ni mucho menos.
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Espero que todo esto os sirva para saber qué hay que tener en cuenta para saber cuál puede ser tu “salario” como traductor autónomo. También recomiendo la hoja de cálculo CalPro de Asetrad: aunque puede resultar algo compleja al principio, merece la pena dedicarle un tiempo para tener expectativas reales.
¿Vosotros tenéis en cuenta algún otro factor para calcular vuestro “sueldo”? Estoy seguro de que podéis aportar mucho al debate, pues todo esto no deja de ser simplemente mi experiencia, que no tiene que coincidir con la vuestra.
¡Animaos a participar!